Por Judith Bergmann a través de The Gatestone Institute, 23/10/2017.
Alemania no ha ocultado su deseo de que el resto de la UE copie su nueva ley.
Cuando los empleados de las empresas de medios sociales son nombrados policías del pensamiento privado del estado y se les da el poder de dar forma al discurso político y cultural actual decidiendo quién puede hablar y qué decir, y quién debe ser cerrado, la libertad de expresión se convierte en un cuento de hadas. ¿O ese es quizás el punto?
¿Quizás la lucha contra la "islamofobia" es ahora una prioridad más alta que la lucha contra el terrorismo?
El 1 de octubre de 2017 entró en vigor una nueva ley alemana que introduce la censura estatal sobre las plataformas de medios sociales. La nueva ley exige que las plataformas de medios sociales, como Facebook, Twitter y YouTube, censuren a sus usuarios en nombre del estado alemán. Las compañías de medios sociales están obligadas a eliminar o bloquear cualquier "ofensa criminal" en línea como difamación, calumnia, o incitación, dentro de las 24 horas siguientes a la recepción de una queja del usuario, independientemente de si el contenido es exacto o no. Las compañías de medios sociales reciben siete días para casos más complicados. Si no lo hacen, el Gobierno alemán puede imponerles una multa de hasta 50 millones de euros por incumplimiento de la ley.
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Fuente: Zero Hedge