Por Adrian Foncillas, Pekín, 31 jul (Nóvosti).
Zhou Yongkang, ex ministro de Seguridad de China.
Los caracteres en mandarín de Zhou Yongkang han pasado de invisibles a
ubicuos en prensa e Internet después de que el martes se conociera que
el antiguo zar de la seguridad nacional era investigado por corrupción.
Antes, el temido Zhou se beneficiaba de la censura que pesa sobre los
aspectos personales de los altos cargos. Ahora, Zhou es un tigre caído y
sin ningún derecho de privacidad.
El portal más célebre, sina.com, levantaba la censura apenas media
hora después de que la agencia oficial Xinhua comunicara que estaba
siendo formalmente investigado. Una página en Weibo (el Twitter chino)
sobre la noticia poco después alcanzaba rápidamente nueve millones de
visitas. Los internautas ya no tienen que recurrir para burlar a la
ciberpolicía a eufemismos para referirse a Zhou como “El gran tigre”, en
referencia a la campaña anticorrupción dirigida a “tigres” y “moscas”, o
el “Maestro Kang”, una conocida marca de fideos instantáneos con el que
comparte un carácter parecido en su nombre.
Las noticias más seguidas hoy en sina.com hacen referencia a Zhou:
una es sobre el hijo de Zhou, también perseguido por asuntos turbios, y
otro es un alambicado gráfico que muestra su red de familiares, socios
políticos y protegidos, en gran parte ya entre rejas. “Yo solía pensar
que el diagrama de las relaciones de El sueño de la habitación roja –un
clásico de la literatura china- era complicado, pero es un juego de
niños comparado con esto”, ha comentado un internauta.
Las noticias sobre la caída de Zhou colgadas en todos los portales
han recibido miles de comentarios positivos de los usuarios, aplaudiendo
la eficacia de la lucha contra la corrupción y animando al presidente
Xi Jinping a llegar más lejos.
Zhou, quien formó parte del poderoso Comité Permanente del partido y
supervisó todos los cuerpos de seguridad del Estado hasta jubilarse en
2012, es el más alto cargo investigado desde que Mao fundara la
República Popular en 1949.
La luz verde decretada por Pekín ha devuelto muchos de los rumores
sobre su vida privada y enfocado a casos oscuros. En la red se comenta
abiertamente la posibilidad de que asesinara a su primera mujer, Wang
Shuhua, quien murió atropellada en 2000 por un vehículo con matrícula
militar cuando Zhou ya estaba supuestamente relacionado con una
presentadora de televisión casi treinta años más joven.
También la prensa nacional se ha regocijado de su caída, con
abundantes editoriales triunfalistas desde el martes. Aunque los medios
de comunicación chinos han conquistado en los últimos años cierto margen
para destapar escándalos de corrupción de líderes locales y
provinciales, los miembros del Comité Permanente son aún un terreno
vetado. Ha sido la prensa extranjera, citando fuentes de la
investigación anónimas, la que durante estos meses de rumores ha ido
informando sobre su arresto domiciliario o los 90 mil millones de yuanes
(14,5 mil millones de dólares) confiscados a sus familiares y socios.
Caixin, una publicación económica que abandera el mejor periodismo en
China, había tenido que escribir el nombre del hijo de Zhou con
caracteres incorrectos y obviar el parentesco en los reportajes sobre
sus negocios. En la prensa nacional se subraya únicamente en la
corrupción de Zhou y se ignoran las dudas sobre una posible motivación
política.
Meses atrás ya hubo un indicio de que Pekín iba a levantar antes o
después el velo sobre Zhou. Fue en la Asamblea Nacional Popular, cuando
un periodista de Hong Kong –donde reside la única prensa libre del país–
preguntó al portavoz sobre la situación del ex jefe de la seguridad y
éste se excusó diciendo que sólo sabía lo publicado por los diarios. Y
terminó con un “Tú ya me entiendes” que muchos interpretaron como el
principio del fin de la censura sobre Zhou.
Fuente: Ria Novosti.