En noviembre de 2013, el presidente de la Generalitat, Artur Mas,
emprendió un viaje institucional a Israel. La visita de su delegación
estaba centrada, según el Gobierno catalán, en asuntos económicos. Pero
la repercusión mediática se centró en la política, en parte por los
roces con las autoridades diplomáticas españolas y en parte porque Mas y
su delegación visitaron Jerusalén Este, haciendo enfadar a la Autoridad
Nacional Palestina.
Fuera de los focos, uno de los hombres que estaba allí junto al president Mas era Ernest Mendoza, un físico especialista en nanotecnología y profesor de la Universidad Politécnica de Cataluña. Mendoza es el cofundador de Goldemar, una de las treinta empresas cuyos representantes habían acompañado a Mas a Israel. Este país, al que se le ha apodado “la nación startup”,
es tal vez el mejor ejemplo en el mundo de cómo crear una economía con
un alto componente de innovación en un entorno geopolítico no
precisamente ideal para ello. Los catalanes querían aprender cómo los
israelíes han logrado transferir los adelantos científicos a la economía
y también mostrarles sus propias innovaciones. . . .
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Fuente: El Confidencial.