Por Wayne MADSEN para Strategic Culture. 9/10/2017.
Es difícil creer que en el siglo XXI todavía haya reyes, reinas y otros potentados, es aún más difícil comprender tales sanguijuelas hereditarias en los balances de los contribuyentes que tienen cualquier decisión política.
El rey Farouk I, el último rey coronado de Egipto, es famoso por decir:"En unos pocos años habrá sólo cinco reyes en el mundo -el rey de Inglaterra y los cuatro reyes en una baraja de naipes" Farouk, que perdió su trono después de la Revolución Egipcia de 1952, estaba ligeramente fuera de su predicción. Fallecido en 1965, Farouk no viviría para ver la abolición de las monarquías de Irán, Libia, Grecia, Afganistán, Etiopía, Burundi, Laos, Sikkim y Nepal. Farouk tampoco vería el restablecimiento de la monarquía española tras la muerte del dictador fascista español Francisco Franco en 1975.
El rey Farouk tenía un pronóstico válido. Aunque es difícil creer que en el siglo XXI todavía haya reyes, reinas y otros potentados en el mundo, es aún más difícil entender que tales sanguijuelas hereditarias en los balances de los contribuyentes estén tomando cualquier decisión política. Sin embargo, eso es exactamente lo que ha experimentado España recientemente cuando el rey Felipe VI sopesó los resultados de un referéndum popular en Cataluña que avaló abrumadoramente la independencia de la región.
El presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, denunció al rey, declarando:"El rey ha adoptado la posición y las políticas del gobierno (nacional) que han sido desastrosas con respecto a Cataluña. Está ignorando deliberadamente a millones de catalanes". En un discurso televisado a la nación, Felipe dijo:"Con su comportamiento irresponsable, ellos[los catalanes] ponen en peligro su propia región y a toda España". Sin embargo, Puigdemont respondió al rey diciendo que la monarquía española se niega a negociar con Cataluña,"lo repetiré tantas veces como sea necesario: el diálogo y el acuerdo forman parte de la cultura política de nuestro pueblo". Sin embargo, el estado no ha dado ninguna respuesta positiva a esas ofertas".
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, rechazó totalmente la oferta de diálogo de Cataluña. Rajoy incluso acusó al gobierno catalán de chantaje.
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Fuente: Strategic Culture