George Soros y la política de la esperanza y el odio

Por Matthew JAMISON para Strategic Culture. 10/9/2017


El enigma del billonario internacional conocido por el nombre de George Soros (reminiscente del villano de James Bond Blofeld -el jefe de la organización del gobierno de la sombra siniestras Specter- en las novelas de Ian Fleming) es hasta sus viejos trucos una vez más en la agitación de las tensiones y problemas para adaptarse a su propia agenda personal, política y financiera deformada. Esta vez Soros no sólo está echando su nariz no deseada en la seguridad, los asuntos internos y la política de la Federación de Rusia, o los Estados Unidos de América, o el Estado de Israel, pero ahora también otro de sus viejos odiados adversarios en la forma de Gran Bretaña. A George Soros le gusta pasearse como un liberal humanitario dedicado a causas buenas y nobles. El viejo chanchullero y especulador se ha hecho cargo de sí mismo como el auto-ungido juez autojusto de quien está lleno de esperanza y que está lleno de odio en Gran Bretaña al establecer y financiar su propia «red espía» eufemísticamente llamada «Hope Not Hate(Esperanza No Odio)".

Esto es curioso, ya que el propio Soros no está en condiciones de dar conferencias y dictar a otros que están llenos de esperanza y que están llenos de odio, especialmente cuando se trata de Gran Bretaña. Después de todo, el Sr. Soros detesta a Gran Bretaña tanto que él era el hombre responsable de romper el Banco de Inglaterra en el "miércoles negro" que le costó al contribuyente del Reino Unido más de $ 10 mil millones en reservas de divisas y desencadenó la peor crisis financiera en la historia del país hasta 2008), que costó a cada hombre, mujer y niño en el Reino Unido un estimado de 70 libras por cabeza en 1992. El Sr. Soros hizo un montón de dinero de las espaldas de la miseria financiera que ayudó a infligir a la ya recesión que golpeó a la población británica. El propio Soros tiene mucho odio dentro de él. En primer lugar tiene un odio absoluto por su propio pueblo de la civilización judía y el gran Estado de Israel. Soros es una persona profundamente insegura, neurótica, que se odia a sí misma. Durante una entrevista con el New Yorker declaró: «No niego a los judíos el derecho a una existencia nacional, pero no quiero tener nada que ver con ello»

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Fuente: Strategic Culture