En 2013, cuando los votantes de los conservadores británicos parecían estar desertando al Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), el escritor Peter Hitchens se volvió a imágenes vivas. "La lealtad no se puede contar en todas las circunstancias", advirtió en el American Spectator. "Y cuando se desmorona por fin, es como si un poderoso río se hubiera escapado de sus orillas y diques. Nadie puede estar seguro de dónde irá la inundación, y es difícil estar seguro de que alguna vez pueda ser contenido de nuevo ".
Un poco más de tres años después, y parecía que había llegado el diluvio, ya que los votantes rompieron sus lealtades tradicionales con las causas de centro-izquierda y de centro-derecha y fueron en busca de insurgencia. No fue sólo el Reino Unido. Una gran oleada populista se desplomaba sobre Occidente, eliminando las dicotomías pasadas, igualando los consensos. Donald Trump era presidente. Gran Bretaña había votado para salir de la Unión Europea. Marine Le Pen ascendió en Francia. Los pueblos de todo el mundo se hacían cargo de expulsar a sus élites políticas, y las inundaciones parecían improbables que retrocedieran en el corto plazo.
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Fuente: The National Interest
