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jueves, 20 de marzo de 2014

Los tártaros de Crimea deberán aprender a vivir de acuerdo con la ley.


Declaraciones de Valeri Rashkin, vicepresidente del CC del PCFR.
Traducido del ruso por Josafat S. Comín

Preveo, que las intenciones de Rusia de poner orden en lo relativo a la propiedad  de la tierra en Crimea, y poner fin a las ocupaciones y devolver una parte de las tierras ocupadas, para uso común, despertará la consiguiente histeria en el lobby tartaro-crimeo en Moscú y un total rechazo por parte de la comunidad tártara en Crimea. Es una reacción esperada, y en esta situación Rusia debe demostrar la misma firmeza, que en su momento demostró Turquía. La Asamblea Nacional de Turquía, en 2006, en un solo día adoptó la decisión y la policía armada y el ejército, también en un solo día, derribaron por la fuerza todas las construcciones ilegales, sin ofrecer vivienda alternativa. Turquía sigue aplicando esa misma política, en relación a la ocupación de tierras en Turquía, a día de hoy.

En Crimea, durante mucho tiempo, prácticamente no ha habido gobierno. En esta situación, en el periodo comprendido entre 1991 y 2004, los tártaros de Crimea ocuparon más de 20 mil hectáreas de terreno. Y no debemos pensar que las ocupaciones acabaron con el fin de los 90 y la euforia tras el derrumbe de la URSS y la obtención de la independencia. En el 2006 se registraron en Crimea 11. 372 casos de ocupación ilegal de tierras (3’2 veces más que en 2005). El gobierno de Kiev siempre ha cerrado los ojos ante este hecho, a pesar de que en dos ocasiones se aprobaron leyes que prohibían la ocupación de tierras.


Cada vez la indignación de la población rusoparlante llegaba al máximo, el Medzhlís (Órgano representativo) de los tártaros de Crimea, apelaba al hecho de que los tártaros de Crimea fueran deportados y privados de derechos, por lo que ahora esa es la forma que tienen de reparar la difícil situación que les ha tocado vivir durante tantos años. Difícilmente ese argumento va a funcionar ahora. Porque la deportación que tuvo lugar en 1944, no puede ni debe servir de justificación de su actuación ilegal en nuestros días. Si quieren vivir en una sociedad civilizada, deben adaptarse a sus leyes antes de hablar de autogobierno, deben  superar esa mentalidad y las costumbres salvajes esteparias.
Fuente:  Josafat S. Comín