Por Percy Francisco Alvarado Godoy, Periodista, escritor y luchador antiterrorista. Guatemalteco radicado en Cuba.
PARTE 2:
PARTE 1:
Gordon Duff, veterano de la marina norteamericana en Vietnam,
ha manejado en su sitio, Veterans Today, una interesante hipótesis sobre el
destino final del vuelo MH370 de Malasyan Airlines, en la que compromete
directamente a la CIA y al gobierno norteamericano -tanto con la desaparición
como la destrucción posterior del aparato en una remota e inalcanzable zona,
aún no determinada con exactitud-, validando la creencia de que las 239
víctimas poco importaron a la autoridades estadounidenses.
La primera cuestión esencial es que la desaparición de avión
ha sido objeto de un manto de silencio, propiciado por varios servicios de
inteligencia, interesados en no dar luz pública a tan escabroso asunto. Fue,
sin lugar a dudas, una operación negra de la CIA, bien pensada desde antes y
que involucró a todo el mundo de inteligencia actual. Algunos servicios estaban
interesados en parte de la carga y algunos pasajeros del vuelo, otros se
apresuraron a colaborar con la CIA para evitar que estos objetivos cayeran en
manos de otras agencias. Fue una batalla de acechanzas y ocultamientos, en la
que los hilos del espionaje se movieron con rapidez y precisión.
La aparición de indicios que ubican los restos en zonas
remotas e inexpugnables levantan las dudas sobre el paradero de las cajas
negras del Boeing 777-200 y si se podrá acceder alguna vez a las mismas.
¿Valdrá la pena obtenerlas alguna vez? Estoy seguro que ya fueron previamente
manipuladas y no arrojarán verdad alguna sobre la verdad,
Luego de que se avisara a los familiares de las víctimas
sobre la posible caída del avión en una zona remota, se trató de bajar
posicionamiento a la manipulación mediática sobre el tema. ¿Buscar resignación
en ellos? Tal vez. Esta noticia se apuntaló con las dudas de que los restos
fueran encontrados alguna vez y con un rejuego de especulaciones sobre el sitio
donde se produjo "el accidente".
Otro hecho que quiso esconderse es que EE UU, quien cuenta
con la tecnología capaz de hallar una aguja en un pajar, hecho del que han alardeado
desde su declaración de guerra contra terroristas en cualquier lugar de la
tierra, más que cooperar con la investigación la han obstaculizado. Ellos
cuentan con los medios capaces de manipular un avión desde tierra para
redirigir los vuelos, luego del secuestro de los aviones domésticos que
condujeron al ataque del 11 de septiembre.
Es por ello que el Boeing 777/200
contaba con un Fly by Wire, hecho para
realizar estas operaciones en caso de emergencia y devolver el avión, incluso
sin ayuda del piloto, hasta un lugar predeterminado en tierra.
No cabe dudas de que la prensa mucho ha servido para cubrir
ese manto oscuro sobre el MH370 y han sido parte vital de la labor de
encubrimiento de lo que realmente ocurrió, jugando maliciosamente con la
opinión pública y con los sentimientos de los familiares. Especulación tras
especulación, rumores y dudas, han servido con ese propósito.
Lo cierto es que el avión siempre estuvo vigilado y
manipulado desde tierra. La vigilancia la realizaron los radares del Comando de
Defensa Aeroespacial de América del Norte (NORAD) y los sistemas instalados en el propio avión.
Por otro lado, como señaló John Croft,
en un artículo en Flight Global,
publicado en año 2006, "Boeing recibió una patente de EE.UU. para un sistema
que, una vez activado, elimina todos los controles de los pilotos a regresar
automáticamente un avión comercial en una ubicación de destino
predeterminada."
También desde hace años la CIA encargó a la Raytheon Corporation, junto a la Administración Federal de Aviación, la
creación del sistema ARES, que les permitía dar seguimiento al vuelo desde
tierra y poder ubicarlo en cualquier momento de su ruta con absoluta precisión.
No obstante, también el fabricante de los motores para estos aviones implantó
en los mismos un dispositivo para emitir señales sobre la posición de las
aeronaves. Esto confirma que la labor comunicacional sobre el caso fue falsa y
manipulada, a pedido de la CIA y otros servicios de inteligencia comprometidos
en el caso.
Las hipótesis manejadas sobre el piloto y su ayudante,
especulando desde posible intenciones suicidas hasta una acción terrorista,
reclamada por algunos anónimos grupos violentos, así como su posible ruta hacia
Pakistán y Afganistán, fueron deliberadas falacias impostadas en la mente
inquisidora de las gentes. ¿Para qué esperar tanto tiempo para cometer un acto
de suicido? ¿Tiene los grupos terroristas la capacidad para esfumar un avión de
tales dimensiones, sin ser localizada su posición con la tecnología actual?
Claro que no.
Lo cierto es que el Boeing 777-200 se desvió de su ruta
inesperadamente y tuvo la capacidad técnica y disponibilidad de combustible
para alcanzar largas distancias. Esto no lo puso en duda nadie, de que el
desvío deliberado hacia el Índico sur es un absoluto disparate. El vuelo MH370
fue dirigido hacia otro lugar y se hizo usando la más sofisticada tecnología,
junto a la complicidad de varias naciones que se hicieron de la vista gorda,
involucradas en una de las mayores historias de conspiraciones negras de la
historia. Hasta la propia Rolls Royce, luego de armar aspavientos sobre señales
provenientes de los motores, dejó de dar partes al respecto y el MI6 no procuró
dar interés a estos avisos.
Las conspiraciones negras son así de tenebrosas. Los doctores
Dr. James Fetzer y Dean Hartwell insistieron que el ataque al World Trade
Center pasó inadvertido por cuanto existió un manejo deliberado de sus señales
de vuelo que los ubicaban siguiendo otras rutas, mientras los mismos ya habían chocado contra
sus objetivos. ¿Pudo Al Qaeda realizar esta diversión de tal magnitud?
Evidentemente no y esto confirma la implicación del propio gobierno de EE UU y
la inteligencia israelí es este auto ataque.
La hipótesis más consistente evidencia dos momentos decisivos
en la ruta del vuelo MH370. El primero fue su traslado enmascarado al atolón de
Diego García, donde se cumplió el objetivo de la CIA. Un segundo objetivo fue
el envío de avión, igualmente enmascarando su ruta, hacía una zona remota del
Índico o hacia la Antártida. La intención era desaparecerlo y no dejar huella
alguna, incluyendo la desaparición de algunos de los pasajeros, ya que cuatro
de ellos permanecieron secuestrados indefinidamente.
Otras dos hipótesis que no pueden descartarse son las que
evidencian que Israel tuvo que ver de alguna forma en la conspiración, por un
lado. De acuerdo con un video transmitido por Dynamic Duo Weekly News, en que
intervienen Kevin Barrett y Jim Fetzer, se manejó el interés de Israel de
repetir la historia del aciago 11 de septiembre, estrellando el Boeing 777-200
contra algún objetivo situado en Europa y culpar deliberadamente a Irán. Lo
cierto es que, según Christopher Bollyn, Israel tenía escondido desde noviembre
de 2013 un avión réplica del Boeing777-200 de Malasya Airlanes, identificado
como Boeing 777 2H6 (ER) - 28416/155, el
cual presumiblemente usaría en un ataque fatal contra objetivos en Europa o en
algún país del medio Oriente para culpar a Irán. La otra hipótesis es que el
avión cargado de armas biológicas podría ser usado como falsa bandera para
propiciar una ataque contra Ucrania, buscando culpar a Rusia. Este plan fue
denunciado por Anonymus Ukraine y puso al descubierto el interés de EE UU y
otros países de la OTAN para buscar un pretexto para atacar al gobierno de
Putin.
PARTE 2:
Rusia
recibió una alerta temprana en relación con una oscura conspiración que se
tramaba por la CIA contra China y contra su propio país, relacionada con el
vuelo MH370. Al evaluar tal amenaza, Putin ordenó a la Dirección de
Inteligencia del Cuerpo de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas (GRU), al FSB y
a las Fuerzas de Defensa Aeroespacial (VKO) mantener un estrecho monitoreo a
dicho avión y buscar antecedentes relacionados con el mismo. Como resultado de
las investigaciones, la inteligencia rusa verificó que EE UU se involucró en el
secuestro del Boeing 777-200, desviándolo a una base secreta ubicada en un atolón en Diego Garcia.
Las
fuentes rusas determinaron que el vuelo HM370 de Malaysia Airlines, identificado también como
el vuelo 748 China Southern Airlines, se escapó subrepticiamente del monitoreo
que le realizaban desde su despegue. Los rusos tenían conocimiento que este
avión constituía una seria amenaza para su país y para China por cuando era
portador de una carga con posible material radioactivo o armas biológicas.
Según
las investigaciones preliminares del GRU y la FSB, la sospechosa carga montada
en el HM370 fue trasladada vía EE UU- República de Seychelles, en un barco de
bandera estadounidense nombrado MV
Maersk Alabama. Desde allí fue enviada a Malasia en apenas unas horas, bajo la
protección de dos agentes de inteligencia de la US Navy, Marcos Daniel Kennedy,
de 43 años, y Jeffrey Keith Reynolds, de 44 años, quienes fueron asesinados
sospechosamente. Los mismos, se pudo determinar, eran especialistas en traslados
de arsenales bioquímicos y nucleares, encontrándose empleados en una tapadera
conocida como grupo Trident, fundada por el Pentágono y ubicada en Virginia
Beach, Virginia, para servir de cobertura para las Operaciones Especiales ejecutadas por los SEAL
's y otras operaciones ultra secretas realizadas por grupos especiales de tierra, entre las que se encuentran el
traslado de materiales atómicos y biológicos por todo el mundo, así como
operaciones negras, particularmente las relacionadas con el empleo de banderas
falsas.
Cuando
el GRU se percató de que la carga había sido depositada en el vuelo HM370 con
destino a China, avisó de inmediato al Ministerio de Seguridad del Estado (MSS)
de la posible y peligrosa amenaza. China, por su parte, activó todos sus sistemas de
defensa y movilizó a su agentura para recabar información en tiempo real. La medida
principal adoptada por el MSS fue desviar dicho avión a otro destino, es decir,
cambiar Beijing por un aeropuerto ubicado en Haikou Meilan International Airport (HAK), en
la isla de Hainan.
Todo
estaba entonces preparado por China para recibir el peligroso vuelo, pero
parece que una filtración puso en alerta a los EE UU, quienes determinaron el
desvío del Boeing 777 – que por entonces se acercaba al Mar de China Meridional,
cerca de las Islas Spratly-, hacia
Diego García, distante a unos 3.447 kilómetros.
¿Cómo lograron pasar inadvertidos en su
maniobra de secuestro?
Primero
que todo lograron inutilizar temporalmente la actividad de China Mobile y
particularmente los centros ubicados en las Islas Spratly. Luego pasarían a
emplear los más sofisticados medios tecnológicos a su disposición para hacer “desaparecer”
el avión. Para lograr este escamoteo del avión ante la vigilancia de los
radares y satélites chinos, rusos y de otras naciones, emplearon el
equipamiento de que disponía el Boeing 777-200ER, es decir, manipularon Fly-by-Wire
(FBW), logrando mediante una interfaz electrónica convertirlo en un enorme
drone. Igualmente, hicieron que el avión volara a una altura tan baja que les
permitiría burlar los radares. Esencial era hackear también sus sistemas de comunicación y el trasponedor,
lo que se hizo por uno de los viajeros no identificado hasta el momento.
Lo otro
era relativamente fácil por cuanto los satélites norteamericanos escudriñan al
detalle esta zona y disponen de información sobre el escape manipulado del
avión hacia el atolón de Diego García, el que es un atolón de coral en forma de
huella-tropical, considerado territorio del reino Unido y usado por EE UU en
forma de arrendamiento. Es considerada una de las más secretas de las casi mil
bases usadas por el Pentágono y la CIA.
Ha sido empleada reiteradamente como
punto de espionaje en el Índico y como cárcel para aquellas personas que el
gobierno norteamericano quiere “desparecer”. Fue una plataforma para
desarrollar sus guerras contra Irak, Afganistán, Libia, Siria e Irán.
No
se puede negar que la trama de espionaje, propia de las más insólitas películas
de James Bond, ha dejado a los propios servicios de inteligencia con múltiples
incógnitas. La certeza de que la carga era una amenaza contra China no da lugar
a las dudas. El material biológico, trasladado en complicidad con varias
naciones, estaba dirigido a atentar contra el país asiático, Corea del Norte o
Vietnam.
Fuentes
anónimas rusas ofrecieron al diario Komsomólskaya Pravda algunas hipótesis que se estaban manejando
por el GRU y el FSB, así como el MSS. Una de ella se refiere a la composición
de personas que viajaban en el avión. Sin certeza y especulativamente, el
diario ruso sugiere lo siguiente: “Queda
la sensación de que solo individuos sospechosos iban a bordo: el piloto era
partidario de la oposición malasia; dos iraníes con pasaportes robados;
demasiados pasajeros chinos con apellidos iguales; un pasajero australiano que
antes de volar dejó a su esposa su anillo de boda y su reloj, y le pidió que lo
entregase al primero de sus hijos que se casara, como si supiera que no iba a
regresar.”
Lo
cierto es que dentro de los viajeros había cerca de una veintena de empleados de
la empresa estadounidense Freescale Semiconductor, radicada en Austin, Texas, y perteneciente a la multinacional Blackstone, propiedad del famoso multimillonario Jacob Rothschild, la
que se dedica al empeño de elaborar un avión invisible para los medios actuales
de detección, lo que le da una notable importancia militar. Según algunas
fuentes, dentro de este grupo iban cuatro espías chinos que transportaban
sensibles secretos que afectarían a EE UU y que debían ser eliminados antes de
entregar sus secretos.
Es
evidente que esta amplia conspiración ha estado encaminada a esconder la
verdad, manipular a la opinión pública mundial, con el apoyo de los grandes
medios de comunicación, quienes utilizan todo tipo de expertos, elaboran
conjeturas y llenan de interrogantes hasta a los mismos servicios de
inteligencia de todo el planeta.
Descartada
una decena de hipótesis relacionadas con posibles suicidios, actos de
terrorismo, alienígenas, complicidad de los pilotos, desvió hacia otros países
como Afganistán y Pakistán, parece que la incógnita nunca será develada al
público. Mucho hay en juego.
Por
un lado queda la suspicacia de que esta operación se le fue de las manos al
gobierno norteamericano y la misma pudo haberse filtrado al Mossad, al FSB y a
otros servicios de inteligencia. No caben dudas de que la suerte de los 239
pasajeros es y será incierta, así como las indemnizaciones irrisorias en poco
compensarán a los familiares de las víctimas.
El
gobierno malasio, presionado por Estados Unidos guarda celosamente cualquier
información relacionada con el caso y demuestra un desmedido interés por cerrar
el penoso evento. Muchas habrán sido las presiones y promesas ejercidas sobre
el mismo. Los casi 26 países implicados en la búsqueda estiman que los gastos
de la mismas ascenderán a casi 400 millones de dólares, mientras aún siguen
buscando restos del avión que indiquen su paradero.
Rusia
y China, aunque tuvieron la información precisa en tiempo real, vieron
frustrados sus propósitos de frustrar esta trama de la CIA y el Pentágono,
capturando la peligrosa carga que venía en el Boeing 777-200. No obstante,
sacaron una victoria importante al impedir que el vuelo llegara a su destino
previamente concebido.
La
pregunta que nos hacemos todos es si el presidente Obama tenía conocimiento de
esta operación negra realizada por los servicios de inteligencia de su país, la
cual arrojó 239 posibles víctimas. Sería una prueba más de que es un portador
inmerecido del Premio Nobel de la Paz.
Algún
día, espero que no muy lejano, saldrán a la luz las informaciones sobre este
triste episodio en el que se mezclan la indolencia, la impunidad y la
prepotencia. Por ahora, la gran perdedora es la Humanidad.