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sábado, 4 de marzo de 2017

La política exterior australiana e Israel: una duradera vergüenza

Por James ONeill para NEO. 4/3/2017.

La reciente visita a Australia del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y el próximo Libro Blanco de política exterior deberían proporcionar una oportunidad para que Australia reexamine su apoyo al Estado de Israel. Sin embargo, hay indicios de que los niveles actuales y pasados ​​de apoyo se mantendrán. La pregunta más desconcertante es: ¿por qué es este el caso?

La creación del Estado de Israel en 1948 y su subsiguiente aceptación en el entonces club de las Naciones Unidas, que en ese entonces era en su mayoría blanco, ha estado lleno de dificultades desde el principio.

Ya en 1950 (La Resolución 394) de la ONU estaba pidiendo negociaciones de paz entre árabes e israelíes y una solución al problema de los refugiados palestinos. El problema de los refugiados palestinos fue creado por el desplazamiento masivo de palestinos de sus tierras ancestrales por la creación del Estado israelí. Casi 70 años después, lejos de ser resuelto, el problema es mayor que nunca.

La Guerra de los Seis Días en 1967 fue otro golpe de martillo para las esperanzas de los palestinos para una resolución de sus problemas. No sólo Israel anexó más tierras palestinas, ocupó Jerusalén y se apoderó de las Alturas del Golán sirio. Si alguna vez hubo la posibilidad de una "solución de dos estados", seguramente murió entonces. Las reivindicaciones repetidas de encontrar una solución de dos Estados a través de algún "proceso de paz" han sido parte de la retórica estándar desde entonces. Es delirante.

Desde la Guerra de los Seis Días han habido innumerables Resoluciones de las Naciones Unidas, tanto en el Consejo de Seguridad como en la Asamblea General, condenando a Israel por repetidas violaciones de anteriores Resoluciones de la ONU o esforzándose por avanzar en la resolución de un problema ya insoluble.

El patrón ya es familiar. Las resoluciones suelen exigir, por ejemplo, que Israel ponga fin a sus violaciones de los derechos humanos; Retirarse de los territorios ocupados; Y cumplir con el derecho internacional.

El Consejo de Seguridad, ya en 1979 (Resolución 446), determinó que los asentamientos israelíes constituían una seria obstrucción a la paz y pidió a Israel que se atenga a los términos del Cuarto Convenio de Ginebra. Esa convención, ratificada por Israel en 1951, prevé la protección humanitaria de los civiles en una zona de guerra.

Etiquetar la expansión de los asentamientos israelíes como una "grave obstrucción a la paz" es esencialmente lo que hizo la Resolución 2234 de diciembre de 2016. Esta última resolución fue aprobada por 14 votos contra cero, con la abstención de los Estados Unidos. Sin embargo, el gobierno australiano lo calificó de "unilateral" y dijo que si todavía hubiera sido miembro del Consejo de Seguridad habría votado en contra de la resolución.

Esa declaración fue muy reveladora. No ha habido ninguna explicación racional sobre cómo la resolución fue "unilateral" cuando fue consistente con la política de la ONU durante varias décadas, y los votos de la mayoría masiva de los miembros de la ONU en resoluciones regulares de la Asamblea General durante los últimos 40 años.

*****TEXTO COMPLETO*****


Fuente: NEO