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miércoles, 7 de septiembre de 2016

Turquía cruza a Siria: ¿Conspiración unipolar o coordinación multipolar?

Por Andrew Korybko

Está de moda hoy en día que la gente critique al Kremlin por incompetencia, y su historia reciente de decisiones controvertidas junto con la sospecha de infiltración liberal con las 5ª y 6ª columnas en las instituciones nacionales claves, da mucho que pensar sobre esto, pero algunas personas se precipitan, cuando acusan a Rusia de estar “engañada” por Turquía. Es interesante que ninguna de tales críticas sean lanzadas públicamente contra Irán a pesar de que Teherán se inclinó hacia Ankara durante y después del fallido intento golpista pro-EEUU contra Erdogán, pero los dobles raseros son la norma cuando la gente toma parte en diatribas, y siempre ha sido el caso de que Rusia ha recibido muchas más críticas que cualquier otro, cuando los comentaristas multipolares critican su propio campo.

Este es el caso precisamente de las noticias sobre las fuerzas turcas que han cruzado a Siria, con la reacción instintiva más común de afirmar que el Presidente Putin fue manipulado por Erdogán como parte de una conspiración maquiaveliana a gran escala, aunque por supuesto, sin hacer ninguna mención que esta acusación podría ser más propiamente dirigida contra el Ayatollah. De todos modos, la narrativa prevaleciente entre los partidarios multipolares parece ser una de aflicción y desesperanza, con los comentaristas de Facebook tirándose de los pelos sobre cuán aparentemente estúpida fue Rusia al confiar en Turquía y trabajar para ayudarla a pivotar hacia Eurasia. Tan popular y de moda como pueda ser para la gente que se sube al carro y empieza a despotricar contra Rusia, y por lo tan “saludable” como es para la gente el dar salida y rienda suelta a sus frustraciones de vez en cuando, hay realmente evidencias compensatorias de que la operación de Turquía no es una conspiración unipolar sino una evidencia de coordinación multipolar de alto nivel.

Para explicarlo, ni Moscú, Teherán, e incluso Damasco, han emitido ninguna declaración condenando la intervención militar de Turquía, y el sitio web de la Agencia de Noticias Árabe Siria (SANA en inglés) está distinguiblemente en silencio sobre este acontecimiento. Todo esto es muy extraño si uno acepta la suposición de que el movimiento de Turquía constituye una “invasión” de Siria, dado que mientras las críticas al Kremlin pueden inventar todo tipo de explicaciones sobre por qué Moscú no está diciendo nada, menos gente puede atribuir una razón semi-plausible sobre por qué Teherán y Damasco no están públicamente rabiosas ahora mismo. Aunque es cierto que incluso Turquía está coordinando parte de su operación con la asistencia del apoyo aéreo de EEUU, realmente hay un toque innovador y contextual que necesita ser profundizado más adelante.

Los recientes choques entre el Ejército Árabe Sirio (EAS) y la milicia kurda del YPG en Hasakah, han sido interrumpidos por el momento, siendo resultado de la mediación rusa, pero incluso cuando estaban en marcha, muchos observadores coincidieron en que ello no está en los intereses de nadie fuera de los EEUU, para ver al EAS empezando una operación total de orden público contra los Kurdos, ya que esto decisivamente impediría los esfuerzos de resolución post-conflicto para mantener la soberanía territorial y la naturaleza unitaria de la República Árabe Siria. Sin embargo, ninguna de tales sensibilidades diplomáticas está presente cuando llega la capacidad de Turquía para hacer esto, dado que es globalmente conocido cómo Ankara está ferozmente opuesta a la creación de un mini estado kurdo “federalizado” (internamente particionado) a lo largo de su frontera sur. Mano a mano con esto, mucha gente es consciente de que los EEUU desesperadamente están intentando ganarse el favor de Turquía y prevenir su retirada campo unipolar, ergo el afán americano para ayudar públicamente a su socio de oriente medio en su última operación.

Para simplificarlo, Rusia y el EAS –por razones de sensibilidad política y estrategia a largo plazo- no quieren atacar al YPG y proactivamente detenerlo de ocupar todo el norte de Siria, mientras que Turquía no tiene tales reservas para hacer esto y está más que impaciente para hacer el “gran cambio”, especialmente si puede engañar a la fuerza aérea de EEUU para ayudarlos a dirigirse contra los verdaderos terroristas sobre el terreno durante este momento. El intento americano en todo esto es demostrar que es un “aliado leal” de Turquía y contribuye al intento de reconciliación que Washington está intentando realizar con Ankara, aunque en este caso, está siendo explotado como el último “tonto útil” que ayuda a la comunidad multipolar en su búsqueda para destruir al segundo “Israel geopolítico” del “Kurdistán”. Habiendo dicho todo esto, los detractores apuntarán al hecho de que Turquía no es de confianza y que la presencia de cualquier tropa extranjera o la ordenanza de cualquier ataque militar sobre suelo sirio sin el permiso de Damasco es una violación de su soberanía y una brecha en el derecho internacional, lo que es ciertamente verdadero en este caso si el presidente Assad no coordinó nada de esto con su homólogo turco.

De todos modos, para la mayoría de partidarios entusiastas de Siria (normalmente radicados en el extranjero) el “inconveniente” puede ser el hecho de admitir que Damasco y Ankara han estado participando en conversaciones secretas durante meses en la capital de Argelia, como ha sido confirmado repetidamente por muchas fuentes mediáticas desde esta primavera. Es más, justo Turquía envió uno de sus jefes de inteligencia adjuntos a Damasco hace algunos días para reunirse con su homólogo sirio, así que esto puede explicar la razón por la que Rusia e Irán no están condenando la incursión de Turquía en Siria, ni por qué los funcionarios sirios no están protestando fuertemente en contra de ello. Cada vez más evidencias están apuntando a que la operación de Turquía es parte de un movimiento más grande que fue coordinado de antemano con Siria, Rusia, e Irán. No obstante, por razones políticas internas tanto dentro de Siria como de Turquía, ningún lado se espera que admita que ha coordinado nada de esto, y es probable que la retórica belicosa pueda ser arrojada desde Ankara justo como es predecible que Damasco hable lícitamente sobre la protección de su soberanía.

Lo que es más importante, aunque no se escuche tanto a Turquía y Siria, pero miren y observen lo que Rusia e Irán dicen y hacen, dado que estos son los dos países más capaces de defender Siria de cualquier agresión contra su territorio y que han estado firmemente tras ella durante ahora, no obstante con diferentes alcances cualitativos aunque con sinergia complementaria (esto es, la operación anti-terrorista aérea de Rusia y las fuerzas especiales de Irán sobre el terreno). Esto no es de ningún modo para “excusar”, “disculparse”, o “justificar” la contribución involuntaria ilegal y oportunista de los EEUU para esta campaña multipolar coordinada, sino para documentar con exactitud cómo y por qué decidió participar por sí misma en esta aventura superficialmente encabezada por Turquía, a saber, porque fue engañada astutamente por Erdogán al pensar que es una precondición para la normalización de relaciones entre ambos lados.

Rusia carece de la voluntad política para limpiar de terroristas wahabíes y separatistas kurdos el mismo norte de Siria, y por tanto, como uno puede apoyar o condenar esto, es una declaración de hechos que debe tomarse en cuenta cuando se analizan y pronostican los acontecimientos. Con esta obvia restricción siendo un importante factor que influye en el estado de cosas en Siria, entonces es razonable que Siria, Rusia, e Irán no objetarían demasiado ruidosamente a que Turquía engañase a los EEUU para hacer esto en vez de perseguir sus propios auto-intereses con relación a la pretendida normalización con Ankara. La variable calificativa importante que debe mencionarse en este punto es que la seria condena de Rusia e Irán sobre la operación turca en marcha, señalaría que algo, o bien fue mal con el plan coordinado multilateralmente, o bien se justifica totalmente que Turquía era un traidor caballo de Troya pro-americano todo el tiempo, además del escepticismo en torno a los dedicados esfuerzos de Moscú y Teherán para persuadir a Ankara de pivotar hacia la multipolaridad, como el análisis correcto de todo este tiempo.

Para concluir, al autor le gustaría referenciar al lector con su artículo de hace más de un mes sobre cómo “la guerra regional se vislumbra según el ‘kurdistán’ cruza el Éufrates”, en el que fue previsto que Rusia ensamblaría una colación multipolar “encabezada desde atrás” para presionar contra los intentos de EEUU para crear el segundo “Israel geopolítico” del “Kurdistán” en el norte de Siria, siendo escrito específicamente que “razonablemente puede ser asumido que hay una mano rusa invisible coordinando suavemente sus amplias actividades regionales” para detener esto. Con Turquía cruzando a Siria para adelantarse a que el YPG unifique todos sus territorios ocupados en el norte de Siria y respiren vida geopolítica sostenible por el último proyecto del ‘divide y vencerás’ de EEUU en oriente medio, y manteniendo en mente que la apresurada diplomacia entre Rusia, Irán y Turquía y los meses de las conversaciones secretas entre Ankara y Damasco, todas estas evidencias empíricas sugieren que esto el último capítulo en la guerra en Siria es menos una conspiración unipolar, y más un plan multipolar coordinado para llevar a este conflicto a su final y adelantarse a la partición de Siria.


Fuente: Katehon