Las manos ocultas detrás de la Embajada de los Estados Unidos se mudan a Jerusalén

Por WAYNE MADSEN para Strategic Culture. 11/12/2017.

La decisión de Donald Trump de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel y trasladar la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén, abandonando el compromiso de Estados Unidos con una solución de dos estados, tiene sus raíces en la política religiosa de Jared Kushner, el asesor de Oriente Medio de Trump y su yerno. Kushner, uno de los favoritos del primer ministro israelí Binyamin Netanyahu y del magnate del casino estadounidense pro-Netanyahu Sheldon Adelson, ha presentado para su equipo "enviado" de Oriente Medio dos ideólogos de la expansión rabiosamente pro-israelíes, el embajador de Estados Unidos en Israel David Friedman y el "Representante Especial para las Negociaciones Internacionales" Jason Greenblatt. Friedman fue abogado del bufete de abogados Kasowitz, Benson, Torres & Friedman, que representó a la Organización Trump. Greenblatt era el principal funcionario jurídico de la Organización Trump.  Kushner, Friedman y Greenblatt están a favor de un Estado del apartheid, en el que los palestinos son ciudadanos de segunda clase.

Además de Netanyahu y Adelson, hay otras manos escondidas detrás del reconocimiento estadounidense de Jerusalén como la capital israelí.

En 2009, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) detectó a un grupo de rabinos sirios-judíos en la región de Nueva Jersey y Nueva York que llevaron a cabo recaudaciones de fondos para el socio de la coalición de Binyamin Netanyahu, el ultraortodoxo Shas. El vínculo entre los rabinos de EE. UU. y Netanyahu, plagado de corrupción, destacó el financiamiento secreto de la expansión de la construcción judía en Jerusalén oriental. Las Naciones Unidas no reconocen a Jerusalén Oriental como parte de Israel y Palestina la considera como la capital "de derecho" del Estado de Palestina.

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Fuente: Strategic Culture