Con el paso del tiempo, las desventajas de este país africano lo
convirtieron en objeto de gran interés por parte de las principales
potencias mundiales.
Cuando Yibuti se independizó de Francia en 1977, tenía una carretera
asfaltada y menos de 2,6 kilómetros cuadrados de tierra cultivable. La
agencia AP señala que no tenía recursos "excepto arena, sal y 20.000
camellos". Según 'The New York Times', la nación estaba destinada a
ser absorbida por uno de sus vecinos al estar "tan empobrecida que no
podía valerse por sí sola". No obstante, aquellos países quedaron
demasiado envueltos en guerras y hambrunas como para prestarle atención a
Yibuti, cuya tranquilidad, por el contrario, se convirtió en una
importante ventaja, publica Bloomberg.
Tras el
11S, Yibuti fue el lugar perfecto para la primera base militar
de EE.UU. en su guerra antiterrorista, gracias a la ausencia de
conflictos y su posición geográfica, que proporcionaba un acceso fácil a
África y Oriente Medio. Unos años más tarde, llegaron los militares de
Alemania, Italia y España para apoyar a Francia en la lucha contra los
piratas somalíes.
En 2011, Japón decidió construir allí una base
militar, la primera desde la Segunda Guerra Mundial. Finalmente, en
febrero de 2016, China anunció el inicio de la construcción de su primera base militar allí.
No obstante, la competencia entre EE.UU. y China en Yibuti no ha
comenzado recién ahora. En 2013, Washington gastó 1.400 millones de
dólares para modernizar lo que era un campamento temporal o
"expedicionario". Ahora, allí viven 4.000 soldados y otros empleados.
A
su vez, China, interesada en los recursos naturales de África, financia
una vía férrea, así como la expansión de terminales portuarias,
tuberías de agua y combustible, y una planta de licuefacción de gas,
entre otros proyectos. La instalación militar sería una política de
seguridad para proteger sus inversiones, señala el medio.
Mientras, el gobierno local espera que en 20 años Yibuti, nación a la cual International Business Times ya
ha denominado el 'Singapur de África', podría convertirse en otro
Dubái. "¿Por qué no? Tenemos algunos activos que Dubái nunca tuvo",
afirma el ministro de Exteriores Mahamoud Ali Youssouf.
En primer
lugar, la vía de navegación en la que se encuentra el país es más
importante que la de los EAU. En segundo lugar, Yibuti podría ofrecer
salida al mar a muchas naciones africanas. Asimismo, la infraestructura
digital ha convertido a Yibuti en el núcleo más importante de
conectividad en el este de África. A su vez, el lago Assal de Yibuti
está en el centro del plan turístico del gobierno. Y también, gracias a
los vientos y el sol, el gobierno espera que en 10 años Yibuti sea el
primer país de África que se alimente únicamente de energía renovable.
"Es
interesante. En el período colonial todo en Yibuti era visto
negativamente. Decían que solo teníamos sol caliente, viento seco y
muchas rocas. Nada valorable. Pero ahora lo negativo es positivo",
concluye Ali Yacoub Mahamoud, ministro de Energía y Recursos Naturales.
Fuente: RT