El 29 de diciembre de 2013, durante una cumbre que
reunía, alrededor del rey Abdala, al presidente de Francia Francois
Hollande, el entonces presidente del Líbano Michel Sleiman, el ex primer
ministro libanés Saad Hariri y el presidente de la Coalición Nacional
Siria Ahmad Assi Jarba, Arabia Saudita anunciaba una «donación» de 3 000 millones de dólares destinada al ejército del Líbano. El monarca saudita precisaba entonces que aquella «donación» tenía que dedicarse única y exclusivamente a la compra de equipamiento militar francés.
Contrariamente a los medios de prensa de Arabia Saudita, Francia y Líbano, la Red Voltaire explicó entonces que la «donación» saudita era en realidad el pago por la destrucción del testimonio de Majed al-Majed, prisionero del ejército libanés [1].Majed al-Majed, quien era el representante especial del príncipe saudita Bandar ben Sultan –en aquel entonces a la cabeza de los servicios secretos sauditas– y jefe operativo de las diversas organizaciones yihadistas en Líbano, había revelado a los investigadores militares libaneses todos sus contactos, principalmente en los medios políticos, y sus declaraciones podían comprometer muy gravemente a Arabia Saudita.
El 6 de enero de 2014, o sea inmediatamente después del anuncio de la donación saudita, el general libanés Jean Kahwaji, jefe del estado mayor del ejército libanés, declaraba haber renunciado a aquel suntuoso “regalo”.
Pero el presidente libanés Michel Sleiman –quien ya había recibido del rey saudita una «donación personal» 50 millones de dólares– estaba deseoso de cobrar además las jugosas comisiones que le reportaría la adquisición de material de guerra francés para el ejército de su país y exigió que se mantuviera todo el negocio, oponiéndose de plano al rechazo expresado por el general Kahwaji. París, igualmente ansioso por vender su mercancía, siguió adelante con las negociaciones.
Pero las cosas iban de mal en peor. En definitiva, Francia sólo pudo llegar a entregar 48 misiles antitanque Milan… de fabricación alemana.
Finalmente, Riad acaba de anunciar, el 19 de febrero de 2016, la cancelación de su donación. Esta nueva decisión, tomada por el rey Salman de Arabia Saudita, está motivada por la ausencia de condena, por parte del Líbano, al ataque contra las representaciones diplomáticas sauditas en Irán, lo cual es una manera de hacer caer la responsabilidad de la cancelación sobre las espaldas del ministro libanés de Exteriores Gibran Bassil.
Mientras tanto, Majed al-Majed murió en una cárcel libanesa, 2 años han transcurrido y sus confesiones ya no son jurídicamente válidas. El terrorismo wahabita puede seguir adelante.
[1] «Silencio y traición por 3 000 millones de dólares», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 16 de enero de 2014.
Fuente: Red Voltaire
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