Las malas relaciones con las principales potencias árabes de Oriente
Medio son un problema para Tel Aviv, que se ve en la necesidad de ganar
simpatía y aliados en la región para afrontar sus dilemas políticos.
El pasado 27 de noviembre, Israel anunció la apertura de su primera
legación en Abu Dabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos, tal como se
informó entonces a medios locales.
El objetivo de esta representación diplomática es el de hacer figurar a
Israel ante la IRENA (Agencia Internacional de las Energías
Renovables), cuya sede se encuentra en Abu Dabi, aunque esto no
significó que los EAU hayan cambiado su posición respecto a Israel ni
establecido relaciones diplomáticas.
Desde hace décadas, las
diferencias entre Israel y Emiratos Árabes Unidos han estado a flor de
piel en el ámbito político internacional respecto a Palestina, Estado
que ha recibido el apoyo de Abu Dabi y el rechazo de Tel Aviv a su
reconocimiento como tal.
Sin embargo, según un análisis publicado en 'The National Interest',
en los últimos años ambos países se han visto alineados en común
respecto a diversas cuestiones regionales: la creciente amenaza del Estado Islámico, el programa nuclear iraní, el conflicto armado en Yemen y el surgimiento de milicias antisauditas y antisionsitas.
En este contexto geopolítico, Israel tiene interés en desarrollar
relaciones diplomáticas con los EAU que, con la apertura de esta nueva
oficina diplomática, ha dado un gran paso para mejorar los lazos entre
Tel Aviv, Abu Dabi y, por consiguiente, con los países miembros
del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), con quienes Israel tampoco
tiene relaciones diplomáticas plenas.
Israel puede aprovechar la
oportunidad de tener intereses y desafíos comunes con los países de la
CCG para ganar simpatía y aliados en el mundo árabe, intentando obtener
en el futuro su apoyo respecto a su política exterior y a Palestina.
Fuente: RT