Secretos revelados
Sin embargo, a veces incluso la información obtenida de
fuentes abiertas al público puede ser secreta. Por ejemplo, en 2006 los físicos
Oleg e Ígor Minin escribieron el ensayo El instituto de física aplicada:
escuelas científicas y tecnología. Les abrieron una causa, y el libro fue
retirado de la venta. Esto causó una gran indignación entre la comunidad
científica. Después de una comprobación que duró más de medio año, se sobreseyó
la causa y los Minin quedaron libres de toda sospecha.
Estas nuevas resoluciones amplían una lista ya bastante
extensa de lo que puede ser o no información clasificada de acuerdo a las leyes
rusas.
Concierne a información sobre emergencias y accidentes,
sobre el estado del medio ambiente, la salud, la higiene pública, la
demografía, la educación, la cultura, la agricultura, así como al índice de
criminalidad.
También atañe a información sobre los privilegios de los
funcionarios estatales, las violaciones de los derechos humanos y las
libertades del individuo, la cuantía del fondo de divisas y de oro y el estado
de salud de los altos funcionarios de la Federación de Rusia, así como a los
casos de corrupción. ¿Pero entonces qué es secreto de Estado?
Según la legislación se trata de la información que protege
el Estado, en el ámbito ya sea de la política, la economía, la defensa, la
inteligencia u otras áreas, susceptible de causarle daños. Por lo demás, no
existe en Rusia una lista concreta, aunque sea confidencial, de documentos o de
fuentes cuya información sea clasificada.
“Para obtener acceso a secretos de Estado el individuo debe
ajustarse a ciertos parámetros que se determinan según el nivel de secretismo
de la información”, explica a RBTH Svetlana Boshno, titular de la cátedra de
Ciencias Políticas y de Derecho de la Academia Rusa de la Economía Nacional y
la Administración Pública.
“Me encontré con un caso en que un hombre tenía acceso a
los secretos de Estado, pero éste no informó de que su hermana había abandonado
su lugar de residencia para partir al extranjero. Más tarde, cuando salió a la
luz esta información, lo despidieron”, dice.
La jurista afirma que los extranjeros pueden encontrarse con
restricciones similares si quieren trabajar en los organismos estatales de
Rusia o en corporaciones estatales del tipo del gigante nuclear Rosatom o si
tienen que trabajar con documentos históricos que puedan ser información
clasificada.
Los secretos de la
URSS
En la Unión Soviética existían varios niveles de
confidencialidad. El más laxo correspondía a la tercera categoría. “Estas
personas podían viajar al extranjero y acceder a los documentos con el sello
‘Para uso oficial’”, explica Alexander.
“En la Unión Soviética muchos
documentos llevaban impreso este sello, incluso los informes de las reuniones
del Partido Comunista, y no todo el mundo podía leerlos”.
El segundo nivel de secretismo permitía acceder a
documentos "confidenciales" y "estrictamente
confidenciales", y las personas de esta categoría ya no podían salir del
país. Inmediatamente después iban los uno y los cero, que permitían un acceso
más amplio a los documentos.
El historiador y famoso presentador de televisión Nikolái
Svanidze señala que en la URSS realmente no existía una lógica para clasificar
los documentos.
“La vigilancia se convirtió en desconfianza generalizada y
manía persecutoria. Todos temían a los extranjeros, porque podían ser espías, y
a los compatriotas, porque podían ser unos charlatanes”, dice. Según Svanidze,
esta tradición sigue vigente y “ahora muchos documentos se catalogan como
información clasificada por inercia o bien los grandes departamentos lo hacen
para justificar su actividad. Cuantas más puertas cerradas haya, más personas
necesitaremos que puedan abrirlas”.
Fuente: RBTH
Fuente: RBTH