La revista estadounidense Foreign Policy ha visto en la ofensiva del
EIIS en Iraq la culminación de una serie de complots del régimen de los
Al Saúd contra Irán.
“La batalla que lleva a cabo en la
actualidad el EIIS contra Iraq es una batalla de influencia y poder para
dominar Oriente Medio, batalla que se desarrolla entre Riad y Teherán.
El expulsar del poder a Nuri al Maliki forma parte de los sueños más
antiguos del rey Abdulá de Arabia Saudí. El rey no perdona a Maliki que
se haya puesto al lado de Irán y es por esta razón que Riad se niega a
enviar un embajador a Bagdad. El rey exhorta a sus aliados del Golfo a
seguir la misma política.
Resulta significativo ver la falta de
reacción del soberano wahabí a la ofensiva del EIIS. Abdulá no tiene
ninguna duda sobre el fracaso que su país ha sufrido en Siria, donde no
ha podido, a pesar de todos los esfuerzos, derrocar al presidente sirio,
Bashar al Assad. Los acontecimientos de Iraq han supuesto para el rey
saudí un desquite.
Foreign Policy prosigue: “En 2011 y
paralelamente a los esfuerzos anti-Assad una nueva inquietud surgió en
Arabia Saudí: la posibilidad de un entendimiento entre Irán y Occidente.
Los servicios de inteligencia saudíes decidieron, pues, apoyar a los
grupos extremistas e incitarlos a atacar a los países regidos por
gobierno adversarios. Este esfuerzos fueron dirigidos por el príncipe
saudí Bandar bin Sultan, que no está ya en activo pero los saudíes
continúa siguiendo sus pasos.”
La revista señala que existen pruebas sobre el apoyo saudí al EIIS.
“Por
el momento, la posibilidad de una confrontación cara a cara entre Irán y
Arabia Saudí está descartada, pero lo que es seguro es que las disputas
entre ambos países están ligadas a la guerra del EIIS contra Iraq.”
Fuente: Al Manar