Ricard Sicre luchó en el bando de los republicanos durante la Guerra
Civil española. Tras vivir exiliado en Francia y posteriormente en
Inglaterra, en 1942 se traslada a Estados Unidos. Allí trabaja como
espía para los servicios de inteligencia militar, interviene durante la
II Guerra Mundial en varias operaciones de espionaje relacionadas con
España como la Operación Banana. Al finalizar la II Guerra Mundial
Ricard Sicre se convierte en uno de los máximos representantes de los
intereses de Estados Unidos en la España de la dictadura franquista.
Además acumuló una gran fortuna personal, gracias a las exportaciones
americanas.