***Su genialidad para la informática le permitió ascender en los servicios secretos.
"Es importante enviar el mensaje al Gobierno de que la gente no se amedrentará", ha afirmado Snowden” al diario estadounidense The Washington Post. El joven trabajó como ayudante técnico para la CIA y posteriormente a través de empresas de subcontrata para la NSA. Actualmente trabaja para la empresa de seguridad Booz Allen Hamilton, que realiza también labores para la NSA, según ha revelado el diario The Guardian.
Snowden ha reconocido que con sus revelaciones renuncia a una vida muy cómoda, con un salario de unos 200.000 dólares al año, una novia con la que vivía en Hawai y una familia a la que quiere.
Los primeros años de su vida los pasó en Elizabeth City, Carolina del Norte, para después mudarse a Maryland, cerca de una sede de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). Tras un fugaz paso por el Ejército, su primer trabajo con la NSA fue como guardia de seguridad y, de allí, a la CIA.
Pronto, su facilidad y destreza con los ordenadores le permitieron pronto ascender en los servicios de inteligencia. En 2007 la CIA lo envió con estatus diplomático a Ginebra donde, dijo a The Guardian, encontraría “muchas cosas que le desilusionaron”.
Vida cómoda y un sueldo de 200.000 dólares
Snowden comenzó a trabajar para la NSA tras salir de la CIA en 2009. Pero esta vez lo hizo como asesor de contratistas externos con la consultoría Booz Allen Hamilton, donde fue asignado a un equipo de Hawai desde el que tuvo acceso a la información secreta. Al parecer tenía un sueldo de 200.000 dólares anuales.Hace unas tres semanas Snowden preparó el último grupo de documentos que revelaría y le dijo a su jefe de la oficina de NSA en Hawai que se tomaría "varias semanas" libres para iniciar un tratamiento para la epilepsia, una enfermedad que se había manifestado el último año con varios ataques.
El 1 de mayo, Snowden abandonó su casa de Waipahu, en Hawai, donde residía con su novia. A su novia también le dijo que se marchaba durante unas semanas, pero no le quiso concretar la razón. "No es raro para alguien que ha pasado la última década trabajando en el mundo de los servicios secretos", ha argumentado. El 20 de mayo tomó un vuelo hacia Hong Kong, donde aún permanece.
"Quiero sacrificar todo esto porque no puedo tener la conciencia tranquila y permitir que el Gobierno de Estados Unidos destruya la privacidad, la libertad de Internet y las libertades más básicas de la gente de todo el mundo con esta gigantesca máquina de vigilancia que están construyendo en secreto", ha dicho a The Guardian.
Ahora, ha asegurado al diario, su “principal temor es que vayan a por mi familia, mis amigos, mi pareja, cualquier persona con la que pueda tener relación”. Y añade: “Las autoridades actuarán contra cualquier persona que me conoce. Eso sí me quita el sueño”.
Fuente: RTVE.