Por Alfredo Jalife-Rahme
La cuarta ronda de negociaciones sino-estadounidenses se llevaron a cabo en la euforia de nuevas y aparentes concesiones hechas por Pekín: enormes inversiones financieras en los EE.UU. y la reevaluación del yuan frente al dólar, cosa que Washington reclamaba desde hace tiempo. Sin embargo, no hay que equivocarse acerca del significado de estos acontecimientos, señala nuestro colega Alfredo Jalife-Rahme: China no consintió estos sacrificios para someterse a los EE.UU. sino para inhibir su imperialismo. Pekín utilizado sus armas financieras y monetarias para neutralizar la agresividad de Washington mientras entama la construcción de una vasta zona de libre comercio asiática, con países como Japón y Corea del Sur hasta hace poco bajo la influencia de EE.UU.
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Fuente: Red Voltaire.