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domingo, 3 de junio de 2012

Alain Chouet, ex jefe del Servicio de Inteligencia de Francia advierte de peligro de guerra en Siria.

Alain Chouet, ex jefe del servicio de la seguridad propia del Servicio de Inteligencia de Francia dio una entrevista exclusiva a nuestra emisora, en la que recalca que la intervención militar en Siria tendría graves consecuencias.
Él en persona se pronuncia contra el apoyo a los planes norteamericanos.
Chouet dejó el trabajo en el Servicio de Inteligencia hace diez años y desde entonces se ocupa de la teoría y metodología de los servicios especiales. Es autor de dos libros. Uno está dedicado a los métodos de guerras secretas, el segundo al análisis de la problemática oriental y al papel de Francia en diversas iniciativas en Cercano Oriente y en África del Norte. Además, Alain Chouet es especialista en cosas de Al Qaeda.
—No creo que se pueda hablar en general del concepto de la “primavera árabe”. En cada uno de los países se trataba de un proceso aparte, que dependía de un contexto histórico concreto. Pero es difícil negar el papel de EEUU. Sí, las manifestaciones comenzaron mucho antes del año pasado. En Egipto y Túnez hubo acontecimientos hace veinte-trenta años. Pero en 2010-2011, cuando el ejército se preparaba a aplastar las manifestaciones, se veía bien la ligazón de los dirigentes locales con el Estado Mayor General y el Mando Supremo de EEUU. Es posible que ellos regatearan con la dirigencia norteamericana derecho a la vida y ciertas garantías. No se puede negarlo, - resume Alain Chouet.
En lo que se refiere a Siria: Los alavitas subieron al poder en los años setenta. Es la minoría religiosa contra la que los antepasados de los wahhabitas ya en el siglo XIV editaron la llamada fatwa (interpretación jurídica sobre diversos aspectos del derecho islámico), exhortando a su exterminio físico. Los islamistas no han anulado esta fatwa. Por eso es difícil exigir que Bashar entregue el poder a los islamistas, pues su padre subió a este, salvando a sus correligionarios de las represiones que ahora puedan desembocar en genocidio. Todo esto es impulsado por fuerzas de sombra de los emiratos árabes, por ejemplo de Qatar, así como de Arabia Saudita.
Siria no se parece a Libia. En ella el 35 % de la población no son sunitas o no musulmanes. Y si son musulmanes, no son sunitas. Hay una gran mezcla étnica. Los kurdos no respaldan el poder islámico. No conviene a sus intereses. Ellos lucharán contra la primavera árabe. Los cristianos también están en peligro, sobre todo los ortodoxos. Así como los citados alavitas. Los ortodoxos gozan de la tradicional ayuda de Rusia. Estas personas necesitan garantías de paz y estabilidad. Pero Occidente habla con ellas en el lenguaje del arma. Una política miope. Creo, continua Alain Chouet, que Francia no debe sumarse ciegamente a las cruzadas norteamericanas. A propósito, Chirac se negó a participar en la guerra en Irak, en 2003. No se puede apoyar siempre y sin pensar intereses ajenos.
En lo que hace a Al Qaeda, ella existía mucho antes del 11 de septiembre. Desde entonces se la desarticuló. Hoy es el pasado, dice Alain Chouet. No obstante, el pasado ha dejado niños. Y en cada país estos vástagos se comportan de diferentes maneras. A propósito, Al Qaeda tiene partidarios incluso en países no musulmanes. Para cada país hay que encontrar un enfoque especial. No existe una estrategia general.
Ahora Alain Chouet trabaja en la historia general del servicio de espionaje, pero este libro no aparecerá en los próximos tiempos.




Fuente: La Voz de Rusia.